martes, 20 de octubre de 2015

CIUDADES EDUCADORAS



El otro día en clase, surgió el término de "ciudades educadoras", el cuál me pareció de gran interés.

El proyecto de Ciudades Educadoras se inició en 1990 en el I congreso Internacional de Ciudades Educadoras de Barcelona, cuando un grupo de ciudades planteó el objetivo común de trabajar en proyectos y actividades para mejorar la calidad de vida de los habitantes, a partir de su implicación activa en el uso y la evolución de la ciudad. En 1994 este movimiento se formalizó como Asociación Internacional en el III Congreso celebrado en Bolonia.

El objetivo fundamental de las Ciudades Educadoras es avanzar hacia una ciudad más igualitaria, solidaria, pacífica, inclusiva y participativa. Además, promueve la educación en la diversidad para que no exista la discriminación;  fomenta el diálogo entre generaciones para favorecer el desarrollo de las respectivas capacidades y valores; e incluye las modalidades de educación formal, no formal e informal.

La ciudad educadora ideal no solo debe saber encontrar, preservar y presentar su propia identidad, sino que además debe equilibrar las nuevas necesidades con las tradicionales, dotando de espacios, equipamientos y servicios públicos adecuados al desarrollo personal, social, moral y cultural de sus habitantes.

En mi opinión este es el futuro necesario para una sociedad sostenible y cívica, y con vistas al progreso; una sociedad que daría lugar a ciudadanos con valores éticos y morales. 




miércoles, 14 de octubre de 2015

¡NO MÁS FRACASO ESCOLAR!


¡NO MÁS FRACASO ESCOLAR!

¡No más fracaso escolar! De este tema trata el artículo de prensa del periódico El País que he seleccionado, el cual trabaja el ámbito educativo formal en sus cuatro dimensiones: moral, social política y económica. A lo largo del artículo se presentan diferentes motivos por los que este fenómeno se da, alguno de ellos son los siguientes:
  • La educación trata a todos sus alumnos por igual, y con esto no me refiero a que todos gozen de los mismos derechos, sino que en las aulas se tiende a homogeneizar al alumnado, en lugar de promover un desarrollo individualizado en el que cada alumno desarrolle al máximo sus capacidades. 
  • La clasificación de los alumnos por aulas depende de su año de nacimiento. ¿Qué somos personas o botellas de vino donde lo único importante es la fecha de fabricación? Siguiendo estas pautas un alumno que cumple los años en diciembre tiene el triple de posibilidades de repetir que un alumno nacido en enero de ese mismo año, por lo que... ¿nacer a principios o finales de año implica un mayor o menor fracaso escolar? 
  • Las clases en la escuela dejan poco lugar a la imaginación. Es obvio que el profesor debe llevar una programación de acuerdo a los objetivos que se pretenden lograr en cada curso escolar, al igual que lo es el hecho de que desde el día anterior sepan que van a explicar en clase y que actividades realizaran. Sin embargo, esta hoja de rutas predeterminada deja poco espacio para aumentar la imaginación del alumno. En un vídeo que adjuntare al final de la entrada se muestra, a partir del minuto nueve,  un estudio longitudinal que revela que a los 5 años un 98% de los niños eran genios, sin embargo, el mismo estudio fue realizado a los mismo niños diez años mas tarde y el porcentaje de genios disminuyo a tan solo un 10%. La pregunta que se les formulaban era tan obvia que seguro que muy poca gente se ha parado a pensarlo alguna vez, ¿qué usos le darías a un clip?
  • La escuela , y por ende la educación, se basa en el uso de la memoria y en el pasas o no pasas según tu nota en un examen. Exámenes todos igual para alumnos totalmente distintos unos de otros y con unas capacidades, habilidades y debilidades diferentes y propias. Lo peor ya no es suspender un examen, sino que por hacerlo ya te consideran un fracaso escolar o lo que es lo mismo, te descalifican, e inconscientemente te desmotivan. Desmotivación que desemboca en la frecuente pregunta de: ¿y si abandono los estudios y me adentro en el mundo laboral?. Sinceramente y bajo mi punto de vista, no me extraña que cada vez más alumnos se planteen esa cuestión, porque ¿para qué continuar estudiando si  ya me han dado por fracaso? Igual es que nadie se ha parado a pensar en que el problema no radica en el alumno, sino en el sistema educativo, un sistema que no camina en paralelo con las necesidades actuales. Un sistema  que fue creado en el siglo XVIII, en un mundo movido por guerras, por la I Revolución Industrial y por el Taylorismo, un mundo donde era el alumno quien debía ir detrás de la escuela siguiendo sus objetivos, sus métodos y sus ritmos, un mundo dominado por el sistema imperante. Si la sociedad ha evolucionado, ¿por qué no lo hace también el sistema educativo?